jueves, 30 de marzo de 2017

Somos más que un simple verso


Es una tonada pegajosa, esa sensación de soltura; de embriaguez. En donde cierras el corazón y te abres a las sensaciones. Alcohol y voluptuosidad. Dueño de las rimas simples. Una canción de rock, un himno al hedonismo.

Y, ¿porque no escuchar la tonada completa?. Pareciera que solo quisiéramos nutrirnos de los versos calurosos, esos que provocan… rapiditos y sensuales. Aventureros, de los que acompañamos con vino sobre el colchón, mientras seguimos nuestras pieles y la agitada respiración. Besos aprisionados sólo en el cuerpo. 

Y, ¿que hay de besar nuestras almas?. De las melodías con cadencia, de la caída libre hacia un sentimiento. ¿Dónde quedó la luna, la compañía y el compartirnos?, ¿Dónde quedó el estribillo?. 

Es una canción que rodea tu cadera, camina por la comisura de tus labios y posee, pero jamás se hace tuyo, ni eres suya. Sólo en la superficie, sólo en el cuerpo, lo en el verso.

Soy dos acordes quedos, cinco frases melancólicas y una cadencia que puede parecer lenta, pero que aumenta al gusto. Una tonada que merece ser escuchada, un gusto adquirido de esos que te abruman y quieren seducir tú voluntad; tú esencia. Un cuerpo con alma y un alma con cuerpo.  Soy más que un verso y un estribillo. Soy ritmo y melodía y podríamos ser armonía. 


Y prefieres un simple verso.






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