Quiero habitarte, volver a sentir tus dedos contra los míos y mirarte de lejos con la ansiedad hasta el cielo y de regreso por que mirarte ha dejado de ser un hábito.
Quiero habitarte, volver a tus ojos y que cuando pronuncies mi nombre exista aquella sonrisa nerviosa y entre cortada.
Quiero habitarte, volver a tu voz, que mis labios rocen tu epidermis y más allá...que sean inspiración. Que los tuyos fluyan como vida.
Quiero habitarte, volver a las cartas inspiradas en canciones para el corazón y a las notas coloridas e inesperadas.
Pero sobre todo, quiero habitarte desde el conocimiento pleno de tus aciertos y fallas, con las correcciones y remiendos. Habitarte en el aprendizaje.
Y quiero que me habites no desde tu aprobación.
Habitame aceptándome, de igual a igual.
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