lunes, 1 de julio de 2019

2019-1

Para el primer semestre del año logramos recabar, un sin fin de historias, ciertamente nos encontrábamos ausentes de las palabras digitales pero nunca de lo que significan y logran.

Ésta primera mitad del 2019 ha traído grandes aprendizajes de esos que atesoras y no quieres olvidar, de los que duelen, te rasgan los anhelos, las ilusiones. Pero también de los que agradeces, por los que te conoces más, que te hacen crecer, cuestionarte, afrontar, atreverse...

Para éste cierre de semestre encontramos una nueva yo. La que sabe quién es, la que no sabe quién es y la que debería de ser. 

Como los árboles que florecen en primavera, descubriendo nuevas ramas, retoños más grandes. Con nuevas alternativas para un Te Quiero, con nuevas formas de conocer y sentir. Un alma en reconfiguración dentro del mismo cuerpo que hace 26 años llegó al mundo. Recoloreando a mí amanecer.

También ha traído noches sin dormir, una sensación en el pecho de bloqueo, sentirse perdido mientras se camina con una dirección y destino. Un querer ser el exterior, sin ver hacia el interior. Un ir y venir de pensamientos y emociones. Una desconocida parte de mí, que parece haberse apoderado de un puñado de meses.

Es así como el primer semestre del 2019 nos recibe con experiencias y sorpresas y se despide con aprendizajes y decisiones. Algo así como la escuela donde todo es risa y diversión hasta que debemos comenzar a aprender y aprehender.

Caminos y procesos son nuevas formas en mi vocabulario. Amor y realidad son parte de esos caminos. Libertad y Responsabilidad son nuevos lemas por implementar. 

Alas y Metas 2019-2 allá voy...


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