lunes, 12 de septiembre de 2016

Lo siento....


¿Te gusta el helado de Vainilla?- Claro
¿Qué me dices de la Luan,  la prefieres?- Por supuesto
¿La lluvia chocando contra las ventanas?- Mi deleite
¿Amas las alturas?- Tanto, como la sensación que produce el viento cuando mueve mi cabello


Y mientras pronunciaba estas palabras sus manos se acercaban caminando por los ante brazos de aquel hombre. Quien miraba la estación del tren tan solitaria


 Entonces, ¿A quién esperamos?


Rapidamente, el semblante de aquella criatura había cambiado... Sus ojos grandes como almendras se transformaron en dos témpanos de hielo. Dos ardientes y dorados témpanos.

Sin pensarlo y con un movimiento brusco, lo tomo por su chamarra y con voz quebrada dijo: "Lo siento, no me quiero enamorar"


Y así fue como su último respiro se iba apagando junto con el ámbar en sus ojos, solo quedaba la sensación de una caída libre mientras rodaba sobre las vías del tren. Esa ... la única forma que conocía de impedir al amor...

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