martes, 6 de julio de 2021

Almitas de Dos Mil Veintiuno

Las pequeñas sombras apenas podían distinguirse desde lejos. Las paredes de aquella caja que simulaba un hogar eran tan altas como una muralla entre el mundo y aquel cartón.

Habían llegado de improviso, como una ráfaga del viento que finales de mayo anuncia. Cálidos y ruidosos. De pelaje variado, gris como el cielo en julio, blanco como las nubes de octubre.  

Un amor peludo, que llegaban justo en el momento indicado. Para acariciar con sus bigotes un corazón devastado, que había perdido su rumbo, que vivía y sobrevivía creándose una rutina en donde poco a poco tenía que desenterrar un “algo” que años atrás existió y que hacía poco se había extinto.

Almitas peludas caminaban por las noches sobre su cama, maullándole a la Luna. Posándose sobre su cabeza, como adivinando los pensamientos. Subiendo a su pecho queriendo aliviar con su cariño eterno aquello que por ahora, permanecía quebrado.

Este escrito esta dedicado a ellas. A esos pequeños y veloces amigos felinos que se han vuelto la compañía más real en este mundo que parece haberse estrellado y dejado sus astillas por doquier.

 

A: "Spunik", "Chamaquita" y "Shelly"

 

The morning is born tonight


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