Rehabilitación de mí
Lunes:
No podía creerlo, caminando
hombro a hombro con aquella persona veía tan lejana, tan perfecta, tan él
Martes:
¡Mierda! Era todo lo que podía
pensar y decir. Mierda por todos lados, mierda en el piso, en la cama, afuera
en las calles, sobre sus ilusiones rotas, mierda en su cabeza, mierda todo,
mierda ella.
Lunes:
¡Vamos!- se repetía- ¡tú puedes!,
no lo volverás a hacer, has crecido, has cambiado, piensas diferente, eres
diferente. ¡Tú puedes!.
Se alistó para salir, con cierta
pretensión en mente, agradar le. Caminó con cuidado hacia la estación del
autobús, no quería ensuciar la blancura de aquellas prendas que la adornaban.
Tampoco quería despeinar su cabello, que una noche antes había estado
preparando…. Subió, tomó el primer asiento disponible, para comenzar a perderse
en sus emociones. La sonrisa en su rosto no podía ser mayor, en unas horas
volvería a verlo. Una sensación en el pecho impedía que respirara bien.
Recordaba el no recordarlo, para evitar penosos sufrimientos después del
huracán que dentro de ellas se gestaba, pero, era inútil, aparecía por doquier.
En la esquina de una tienda, en la música del radio, en las sonrisa de otros….
El tiempo casi está listo, ella
también. A manera de juego había comprado dulces, para compartirlos con él
mientras hablaban, pobre ingenua.
Tan ansiado momento llegó, el
reloj marcaba 4.30, esperándolo impaciente su corazón se volcaba en un mar
sensaciones. –No pasa nada, diviértete- por otro lado –Cuídate, ve lento-.
Había decidido tener la cabeza fría y poder pensar lo más claro posible, no
ilusionarse y disfrutar el momento- cosa que olvidó a los 5 minutos de haberlo
visto de nuevo.
Al parecer todo iba bien….
Caminaban hacia el lugar. Él hablaba, ella escuchaba. A veces se invertía el
rol, a veces no. La cita continuó…., al inicio, viento en popa, pero algo sucedió. Ambos
callaron, el momento se fue degradando, marchitando, muriendo….
-Mierda, y ahora ¿Qué hago?, no
otra vez , ¿Porque no eres tan abierta como él, porque no tocas un instrumento,
porque no bailas, porque no haces algo? ¿Que, no existes? ¿Quién eres?.... No eres nada, se decía.-
Nada-
La tercer y media vez que le
sucedía esto, aunque parecía que la situación se agravaba. Él sentía ser el
indicado, pero ella parecía no querer dejarlo entrar.
La rehabilitación de ella misma
había fallado, estaba teniendo un flaqueo con sus zancos que la salvaban de si
misma, parecían ser más débiles de lo que pensaba. Viendo hacia afuera, como
siempre lo hacía, como su costumbre dictaba.
¿Y ahora?, ¿quién puede salvarte
de ti mismo?.... se preguntaba. ¿El amor no está hecho para mí? O ¿Yo no estoy
hecha para él?
Y se repetía….
Y se repetía…….
Y se
repetía……….
No hay comentarios:
Publicar un comentario