miércoles, 14 de febrero de 2018

Estàr vivo


Es una sensación de levedad, es no tocar el piso cuando caminas, es mirar al horizonte y sentirse satisfecho, pleno. 
Es abrir los ojos por la mañana y que tus pulmones se llenen de rocío. Es sentarse a contemplar el humo del café, olvidándose de los deberes por un instante.  
Es mirar al cielo y encontrar un alma gemela. Es la sensación de confort al abrigarte y sentir el calor avanzar entre la tela y tú piel.
Es ponerse los audífonos, escuchar tù canción favorita y jugar con la realidad por los siguientes 3:45 minutos

Estar vivo es el placer de mirar como se forma una sonrisa, seguir el camino curvado que sube hasta las mejillas, finalizando en su voz. 
Estar vivo es cuando el corazón sale del pecho, se cierran los pulmones, te vuelves hielo o tal vez maraca como preámbulo a su llegada, a su voz, a su abrazo.
Estar vivo es la melodía de un piano, el sonido de una guitarra, es hasta un maullido.
Estar vivo es escribir, dibujar, tocar, hablar, correr, mirar, pensar, soltar.
Estar vivo es parar, detener el pensar, cerrar la mente y abrir los sentidos.

Estoy viva cuando escribo mirando la luz de la luna. Cuando un acorde evoca un sentimiento, cuando tengo miedo, cuando siento alegría. 
Estoy viva cuando puedo mirar su voz, cuando extraño, cuando en el pecho no cabe un te quiero. Y cuando el hecho de pensarlo explota en una sonrisa, cuando mis manos se pierden en su piel, cuando lo miro y no necesito mas. Cuando la vida sonríe a través de su voz, de sus manos. Cuando las palabras no salen si no hasta un abrazo.
Estoy viva cuando siento la satisfacción de ser quien soy. 

Mi vida es cuando decido estar viva. Y hoy, hoy lo estoy.









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